Diabetes: 7 mitos que vas a destruir

No solamente tú lo has vivido a lo largo de tu vida, yo también. Yo me formé y crecí como médico en los hospitales públicos que todos los días atienden a miles de personas con diabetes. «Nos vemos en 1 mes», era la clásica frase para cada una de ellas, mientras se les entregaba la solicitud de exámenes de laboratorio que tenían que traer en 30 días, así como la receta con los reajustes necesarios en los medicamentos para intentar ahora sí, que la glucosa «saliera normal» para la próxima vez.

El paciente se jugaba su control a la solitaria posibilidad de que el último acomodo de las medicinas diera en el clavo. «Si siente que se le baja el azúcar en alguno de los siguientes días, cómase un dulce o un chocolatito», era lo que se escuchaba en aquel consultorio del hospital donde hice mi internado. Así fue antes, seguramente sigue pasando y no, yo tampoco en su momento hacía las cosas diferentes. Vi a muchos pacientes llegar con glucosas de más de 200 miligramos, también a otros con glucosas en mejores niveles, y algunos afortunados con resultados excelentes.

En mi presente estoy a cargo de pacientes en piso (atención hospitalaria), y siempre que llega alguien con diabetes a mis camas, al ahondar en sus números de hace 5 o más años y los tratamientos recibidos, mi conclusión es siempre la misma: no hay buen control en casi todos ellos (se estima que en el mundo, la mitad de las personas con diabetes tienen un control correcto, ¿y la otra mitad?).

1.- ¡HAY QUE ACUDIR A CONSULTA CADA MES!

Los hospitales públicos citan cada mes principalmente porque los pacientes no están debidamente controlados (también van a surtir medicina, pero esa es otra historia). Un paciente que tenga sus números como debe de tenerlos, no tiene porqué visitar el hospital mensualmente por una consulta y entonces ver qué ajustes va a recibir su tratamiento. De los pacientes que atiendo, hay quienes acuden a control precisamente cada 6 o 12 meses, aunque te cueste trabajo creerlo.

Sin embargo, para alcanzar este objetivo hay que llevar un proceso, hacer reajustes en consultorio y en casa que no son nada complicados (pero que requieren cierto compromiso y disciplina), solo así se empiezan a cosechar los frutos de aquello que se siembra. Como siempre les digo, aprender y lograr controlar la glucosa es como andar en bicicleta: una vez que lo aprendes, ya nunca lo olvidarás, y eso es lo que te mantendrá lejos del médico, aunque tengas diabetes, no solo acudes a consulta por un resultado de glucosa, sino por una capacitación que te durará toda la vida.

El día que seas uno de esos pacientes, la vida ya no va a ser la misma, de mí te vas a acordar.


2.-¡LA MEDICINA SE AJUSTA CADA MES!

Las personas se acostumbraron a que las modificaciones a su tratamiento debían ser mensuales hasta llegar a la meta o lo que es lo mismo, 12 chequeos médicos por año. El número no está mal, es más, es bastante bueno, el problema radica en el uso que se le dan a esos encuentros. Cuando una persona decide entrar en el proceso del control de glucosa, puede ser que sea extremadamente fácil y desde los primero reajustes ya estemos llegando al objetivo, o puede ser más difícil al estar presentando elevaciones de glucosa combinadas con descensos de la misma. En este último grupo es cuando el contacto estrecho a través de mensajes o llamadas es muy importante, y empieza a ocurrir después de la primera consulta y entre consultas. Este contacto inicial constante permite que hagamos lo que mucha gente desconoce: que las medicinas se reajusten 1 o 2 veces por semana; esto permite avanzar en el control de manera más rápida y así, en 1 mes o mes y medio, hacer que la glucosa caiga debajo de 110 mgs/dl. Tengo al menos 2 pacientes a mi cargo en estas semanas que en 1 mes y el otro en 2 semanas, rompieron la maldición de los 300 mgs/dl ¿Qué tal?

Una persona sin antecedentes de importancia, debe de quedar con glucosa controlada en 1 mes o más tardar, en mes y medio, no en 6 ni en 12 meses. Reajustar medicinas cada 30 días es subirse a un coche que no va llegar a ninguna parte casi nunca.


3.-¡HACER EJERCICIO ES MUY DIFÍCIL!

Pensar en hacer ejercicio como parte del plan para disminuir su glucosa, hace que varios de desilusionen y se rindan desde antes de empezar. La cultura del ejercicio no es muy popular aún en México (aplica para médicos también, que a la hora de la pereza no cantamos nada mal las rancheras). Correr o imaginarse a uno mismo aguantando la desesperación de sostener un esfuerzo físico más allá de sus límites, genera angustia. Las personas saben que para bajar la glucosa hay que hacer ejercicio, pero si casi nunca o nunca lo han hecho en su vida, ¿Cómo van a empezar al nivel de un atleta olímpico? Este es un error común de apreciación, y nunca más cierto ha sido que pequeños pasos generan grandes cambios en la vida de una persona, no te imagines como atleta olímpico, solo necesitas empezar, y nadie empieza al más alto nivel.

El ejercicio que se tiene que llevar a cabo inicialmente, cualquier persona lo puede hacer. El secreto es caminar al paso más rápido que puedas, tanto, que conversar con quien te acompañe (si es que te acompañan), debe ser prácticamente imposible o muy difícil. Definida la intensidad, lo siguiente es el tiempo, y para eso hay que acumular 150 minutos semanales, lo que exigiría que esta rutina se hiciera al menos 5 veces por semana y que cada una tuviera una duración de 30 minutos, para considerar efectivo el ejercicio.

Cuando en mi consultorio les explico esto, las personas se sorprenden y hasta dudan, teniendo yo que repetir la instrucción para que terminen de convencerse. Ponerse los tenis, un pants o un shorts y salirse a la calle o a un parque a luchar contra la glucosa, es más que posible.

4.-¡SI HAGO DIETA MORIRÉ DE HAMBRE!

Otra cosa que va muy de la mano con los obstáculos mentales que surgen cuando se piensa en hacer ejercicio, es la dieta que la persona con diabetes debe de empezar a cumplir. Este plan de alimentación, como sabes, se basa en que el menú que la persona debe de seguir, contiene alimentos bajos en carbohidratos y grasas, lo que hará que la cantidad de glucosa en sangre disminuya y a los medicamentos les cueste menos trabajo terminar de disminuirla a los números que buscamos.

Igual que con el ejercicio las personas desde que escuchan la palabra «dieta» ya piensan que su vida va a cambiar para siempre y que ahora los van a empezar a matar de hambre; mucho de esto se debe a la clásica hoja de dieta que en los hospitales públicos se le daba a todo el mundo que la pidiera, «tenga y hágalo», así sin más. Ahora el presente es mucho más distinto gracias a la popularidad que en los últimos años ha alcanzado el área de nutrición clínica. Cada vez más las personas buscan a un profesional en el ramo para que les dé una dieta acorde a sus características individuales, basada en los alimentos que normalmente les apetece comer, quitando algunos pero moderando otros, ofreciendo alternativas, abriendo las posibilidades, lo que crea un menú muy apetecible para el paciente.

Ya con tu menú en la mano, lo que sigue es apegarse lo mejor que se pueda a ese nuevo plan, pero si se te dificulta, con que vayas incorporando poco a poco las recomendaciones, iremos ganando terreno a la glucosa. No se necesita perfección al empezar la dieta, sino que se hagan las cosas, pocas o muchas todos los días. No te vas a morir de hambre, no vas a sufrir, la adopción de la dieta puede ser paulatina.

Además, en las citas subsecuentes o a través de mensajes (ya depende cómo funcione la comunicación con la licenciado o licenciada en nutrición), pueden seguirse resolviendo dudas y hasta solicitar alguna modificación del plan de acuerdo a lo que esté ocurriendo con el paciente; como ejemplo, el martes 29 de junio di una asesoría en línea para una persona de la CDMX con diabetes y solicité al licenciado que lo estaba apoyando con su dieta especial, que aumentara la carga de carbohidratos de la cena para así evitar descensos de glucosa (hipoglucemia) en las mañanas, lo que resolvió el problema.

Tras una serie de consultas con el nutriólogo, llegará el momento en que ese paciente será dado de alta ya que habrá aprendido todo lo que necesita saber sobre cómo llevar una dieta. Imagínate que puedas comer ese helado que tanto te gusta porque ya sabes qué porción de tu menú diario hay que retirar y así evitar que la glucosa se eleve demasiado ¡Todo un lujo!

5.-¡LAS MEDICINAS PARA LA DIABETES DAÑAN EL HÍGADO Y LOS RIÑONES, Y LA INSULINA DEJA CIEGO!

Estas aseveraciones nunca faltan en los comentarios que se leen en Facebook ni en las publicaciones que hago en mi página médica, y menos en las que hacen otros cuando promocionan un producto o alternativa natural para combatir cualquier dolencia. Su punto de partida para «demostrar» que lo que publicaron es «bueno», es desacreditar a los medicamentos que desde hace décadas existen; esto lo hacen tanto el que publica como los que comentan, y nunca los puedes hacer cambiar de opinión.

Dejar en claro este punto es lo más simple del mundo, aunque haya quien no vaya a aceptarlo nunca. Si no fuera por las medicinas, muchas de las personas que conoces (principalmente las de más edad) ya estarían muertas, es así.

Antibióticos, medicinas para hipertensión arterial, diabetes, antidepresivos, medicina para evitar infartos, anestésicos, suero oral, ¡vacunas! Todo esto ha sumado y confabulado para que sigamos vivos, para que alcancemos más de 70 años de vida, cuando en la década de los 30´s del siglo pasado el promedio de vida era de 30-35 años de edad. No hay argumento ni hecho más contundente que este.

Aquellos que tanto critican los medicamentos que tantos años ha costado obtener, apelan al sentido de que «lo natural es lo mejor», pero si por la naturaleza fuera, abundan las maneras en las que acabaría con nuestra vida. ¿A poco crees que estos «gurús» que menosprecian las medicinas «sintéticas», el día que estén en una situación de verdadera urgencia, van a tomarse la tontería que venden en lugar de un tratamiento médico? Jamás, son charlatanes pero no estúpidos.

Salvo muy contadas excepciones que evidentemente han sido retiradas del mercado, los medicamentos existentes no provocan un daño directo sobre los órganos si estos se encuentran intactos o sanos; si hígado o riñón están enfermos, los médicos podemos calcular el grado del daño y así ajustar la dosis del fármaco para poder darle un tratamiento a este grupo de pacientes. La única manera frecuente de provocar un daño directo en un cuerpo por tomar medicina, es que nos pasemos de la dosis y el hígado y el riñón no funcionaran.

Hay muy pocos fármacos que por sí solos pueden tener efectos secundarios muy importantes, pero los conocemos y salvo desesperadas circunstancias, no los usamos antes que otras opciones, si es que los vamos a usar.

La persona que desdeña los medicamentos, dependiendo de la enfermedad que tenga encima, puede poner en alto riesgo su vida o la calidad de vida de esta, y la diabetes no va a tener piedad.

Sobre si la insulina deja ciego, solo diré una cosa: la usamos en el embarazo, y desde el primer momento, ¿Cómo podrías pensar que provoca ceguera cuando la ciencia ya tiene muy claro que no le provoca ningún daño a un bebé? Cuando hay un embarazo, casi todas las medicinas que hay para el control de la glucosa salen por la ventana. No tengo nada más que agregar, usa la lógica.

Cuando una persona te ofrezca una alternativa natural para tratar una enfermedad y aparte hable pestes de los medicamentos que recetan los médicos, pregúntale si se hará responsable en caso de que tengas alguna complicación o que el producto no funcione, la respuesta ya me la sé. Es muy cómodo prometer todos los resultados del mundo sin asumir responsabilidades, después de todo «Consulte a su médico, ¿No?»

Ahora vamos al siguiente mito que tiene mucha relación con este que acabamos de terminar.


6.-¡VIVAN LOS REMEDIOS NATURALES! ¡MUERAN LAS MEDICINAS!

Aquí entramos en un terreno lleno de trampas y puertas falsas que le cuestan muy caro a quien cae en ellas. Es de todos conocido que hay personas que no desean tomar medicinas y prefieren los remedios naturales, por considerarlos más seguros y mejores que las medicinas «sintéticas» que recetan los médicos. Creen que al consumir algo «natural», este producto como por arte de magia se combinará por el cuerpo y se encargará de manera automática de controlar la glucosa, y eso es una fantasía.

Primero, es muy dudoso que un producto de ese tipo sin estudios serios que demuestren su eficacia vaya a funcionarle a quien lo consuma y de ahí, suponiendo que provoque algún descenso ¿Ese descenso será el suficiente para que la glucosa disminuya todo lo que tiene que bajar para considerarse que se ha controlado como debe de ser? Una vez que el tratamiento se inicia, se requiere que el médico esté reajustando de cuando en cuando las medicinas para que ese control llegue cuanto antes, para que también juzgue si es necesario que otro medicamento refuerce el anterior y así sucesivamente.

Como puedes darte cuenta, tomarte «el té de hierbas finas hilarantes de la tía Juanita», o «el suplemento de corteza del árbol donde se ahorcó Judas Iscariote» porque «es bueno para la diabetes», es un suicidio. Ni los pilotos Kamikaze de la segunda guerra mundial tenían el futuro tan asegurado para mal.

La diabetes causa ceguera, insuficiencia renal crónica, amputaciones de dedos en las piernas o hasta la pierna misma. Es una auténtica pandemia que no duda en destruir a diferentes niveles el cuerpo de quien no ha hecho nada por controlar su glucosa.

Huye como si hubieras visto al diablo cuando te ofrezcan un remedio natural. No necesitas a la naturaleza para vencer a la diabetes, necesitas ciencia. Parece muy simple, pero si esto lo asimilaran miles de personas, su presente sería otro.

7.-TENGO ALTA LA GLUCOSA Y NO SIENTO NADA MALO ¡ENTONCES A MÍ NO ME VA A HACER DAÑO!

Y por último, para mí, el más importante de todos, porque esta creencia es responsable de que millones de personas lleguen a recibir atención médica cuando ya es muy tarde.

El dolor es un mecanismo de defensa ancestral, que nos pone a salvo como individuos y nos permite mantenernos con vida, si no sintiéramos dolor, todos los días atentaríamos contra nosotros mismos sin darnos cuenta y nos haríamos daño.

Las personas consideran que aquello que no duele, que no «avisa», NO es tan malo, y con la diabetes ocurre exactamente lo contrario: cuando duele, el daño ya es muy avanzado.

Desde antes del diagnóstico, la diabetes ataca todo el cuerpo principalmente a través de la elevación de la glucosa, la ciencia tardó décadas en darse cuenta de eso, para después establecer las cifras de glucosa que una persona con diabetes debe de tener todo el tiempo y así evitar las complicaciones de la enfermedad.

Para dañar, la elevación de glucosa (hiperglucemia) no tiene que ser extremadamente alta, cifras como 140-150 son suficientes para con el tiempo, llevar a la persona a ceguera o insuficiencia renal crónica, y estos números no provocan síntomas, por lo que el enfermo no busca atención tempranamente. Entonces la diabetes taladrará y destruirá todo a su paso sin síntomas de por medio. Cuando los órganos fallen, las alteraciones que aparezcan (retención de líquidos, pérdida de peso, entre otras) harán que ahora sí el interesado venga al hospital, perdiendo meses o años para cambiar las cosas en una etapa temprana.

Nos falta mucha cultura sobre prevención de salud en el mundo.

CONCLUSIÓN:

Los mitos que te he mencionado son de los más frecuentes que vas a escuchar; seguramente hay más, pero con estos 7 se explica mucho de lo mal que hoy están las personas con diabetes. No te dejes llevar por lo primero que escuches, una mala información puede tener terribles consecuencias a corto o largo plazo.

Mejor mantente cerca de sitios confiables, accesibles para cualquiera, tal y como lo es esta página.

Saludos.

Dr. Luis Enrique Zamora.

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Dr. Luis Enrique Zamora Angulo

https://doctorhumano.mx

Médico especialista en Medicina Interna desde el 2007. Realizo mi actividad profesional de manera privada en consultorio médico presencial y a través de asesorías médicas en línea, además de también laborar en el sector público, en el Instituto Mexicano del Seguro Social, desde el 2011. Divulgador médico desde hace 3 años, a través de las distintas plataformas digitales, y autor del libro "La guía definitiva para aprobar el ENARM", publicado y vendido en Amazon. Soy creador y anfitrión del podcast médico y canal de YouTube "Medicina ¡Para llevar!".

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