El Hospital General de Zona # 14 y la residencia de medicina interna
Hoy, tú, el país que vio nacer a Mohandas Karamchand Gandhi, escribes con sangre tu historia contra el coronavirus. Te confiaste, cometiste un grave error, y ahora pagas con intereses.
El virus encontró en ti, el segundo país más poblado del mundo, la oportunidad para desquitarse de todo lo que otros países y las vacunas, le han negado; tus 1,400 millones de habitantes, el 18 % de todas las personas de la tierra, yacen arrodillados frente al coronavirus.
Tuviste éxito con la primera oleada, de la mano de aquella cuarentena que empezó el 25/03/20 y se extendió hasta el 31/05. Los contagios siguieron, pero los servicios de salud no colapsaron, y te confiaste ¡Maldita sea, te confiaste!
Tu primer ministro, Narendra Modi, declaraba en enero del 2021, en el World Economic Forum, que habían derrotado al coronavirus: «Pocos pueden compararse con nosotros». Tristemente, tuvo razón, pero a la inversa: hoy, tu destrucción es incomparable. Se durmieron en sus laureles y no reforzaron su ya de por sí precario sistema de salud, pensando que ya conocían al enemigo. No conocían nada, y hoy lo saben mejor que nadie.
Ustedes mismos propiciaron su crudo presente porque, el 12 de abril, tuvo lugar la celebración más importante de tu festival religioso, el Kumbh Mela, donde al menos 650,000 personas acudieron al río Ganges a tomar un baño. No hubo distancia, ni cubrebocas. 24 horas después, había 168,000 nuevos casos, que llevraían exponencialmente a más contagios y, después, a la muerte.
Semejante atropello contra las recomendaciones de la ciencia, lo estás pagando muy caro, pasarán generaciones para que las heridas sanen. Pero no fue este el único evento que permitiste. En el mismo mes de abril hubo elecciones, y se dejó hacer proselitismo. Además, me pregunto: ¿No había manera de dejar para después los 2 juegos internacionales de cricket ante Inglaterra? ¿Era necesario que hubieran 130,000 personas en semejante espectáculo? ¿Porqué se condenaron en abril? ¿Porqué?
Finales de marzo, el mes de abril, y lo que falta, serán recordados con inmenso dolor, en medio de los lamentos de todos los que han perdido a un ser querido, y el tormento del «hubiera», que ya no puede ser. La soberbia y la ignorancia, en una pandemia, se paga con vidas.
El 28 de abril superaste las 200,000 muertes, y te sumaste a 🇺🇸, 🇲🇽 y 🇧🇷, en tan lastimero honor. 3,293 muertes y 362,757 nuevos casos, todo en 24 horas cuando, 48 horas antes, tuviste 350,000. ¡1.6 millones de casos en 1 semana! Te perdimos, estás en caída libre.
En marzo del 2020, tuviste la primera muerte; en agosto, eran 50,000; en octubre, 100,000; en enero (cuando tanto presumiste), 150,000; para el 30/04/21 ya eran 208,000 muertes, y 18.8 millones de casos, aunque tus periodistas creen que los muertos deben multiplicarse por 10. Es terrible. Tu porcentaje de positividad en pruebas, se ha ido hasta 55 % y ya posees las 2/5 partes de todos los casos del mundo. Ahora te ha tocado a ti, pues, ser el nuevo epicentro del coronavirus y, como tal, te has derrumbado.
Tienes el 99 % de tus camas de terapia intensiva, ocupadas. Tus teléfonos suenan cada 30 segundos y, la gente, desesperada, espera que les digan que por fin, hay una cama disponible, y no las hay. Los pacientes luchan contra la muerte, pegados al oxígeno, en cualquier lugar. Una mujer hace guardia en un coche junto a su familia, frente al hospital, esperando que haya cupo para ser atendida, ssa mascarilla, oxígeno a flujos altísimos, y en plena calle. Es indigno, triste, pero también real.
Nueva Delhi no puede más, sus hospitales rechazan pacientes al por mayor. Tus muertos se acumulan, los crematorios no se dan abasto y, por las noches, las piras iluminan tus ciudades, se crema al aire libre. Ya no se pueden hacer ceremonias fúnebres individuales, no hay espacio, se crema y se reza en conjunto. No hay intimidad ni tiempo para despedidas. Detrás de cada persona caída vienen, aún, muchos más.
¿Y las vacunas? No alcanzan, van en último lugar en esta carrera donde la muerte lleva la delantera. Eres el 3er. País con más 2das. Dosis administradas (139,000,000), pero tu población es demasiada. Solo el 10 % de tu gente se ha vacunado y solo el 2 % tiene doble dosis y, por si fuera poco, tu oxígeno se agota.
Entre 23 y 24 de abril de este año, al menos 20 pacientes murieron en el Nueva Delhi Jaipur Golden Hospital, ante una baja de presión en sus instalaciones, que tardó 78 horas en ser resuelto, con solo el 40 % de lo que esperaban recibir. Murieron indefensos.
Tu gobierno es tajante: cualquier persona que interfiera con la logística de los camiones de oxígeno, morirá en la horca. El ejército aporta, desde sus hospitales, el oxígeno que puede, y trae de regreso, al frente de batalla, a personal suyo, ya retirado, porque médicos y enfermeras claman por ayuda. No hay equipos de protección personal, no hay camas, no hay descanso. El video de la médico que da compresiones torácicas en una camilla en movimiento, en una sala atestada de gente entre personal y pacientes, es desgarrador. No solo se pierden vidas, se pierde esperanza.
Estados Unidos, Inglaterra, y otros, contemplan enviarte parte de los insumos que te hacen falta; será mejor que nada, pero también, será insuficiente. Estás en medio del apocalipsis.
Cuando el coronavirus se haya ido, muy probablemente las páginas más sangrientas serán para ti, porque respetaste ritos religiosos pero, también, abandonaste a la ciencia, en medio de un grave problema que no se había terminado; la ciencia merecía más de ti. Es importante respetar muchas de las creencias de la gente, pero también debemos hacer lo mismo con aquello que protege las vidas de los creyentes.
Se la jugaron con una ecuación errónea, y obtuvieron el desastre.
No tienes vacunas, no tienes medicinas, no tienes camas, no tienes oxígeno, no tienes pruebas diagnósticas.Tenían razón: pocos pueden compararse con ustedes.
Dr. Luis Enrique Zamora. Médico Internista. Contacto: drzamoramx@gmail.com.
